miércoles, enero 23, 2008

SUPERGIRL o... esa soy yo

Sisisisi, ya sé. Quién me creo! bueno desde chiquita a mi me podía el tema de los superhéroes y cowboys y todas esas cosas. Las muñecas no era mi juego preferido. Salvo con una que era negra, llena de rulos que decía algo que no recuerdo, seguramente "MAMA!" y que mi afán materno por eso no lo recuerda. Tenía la peculiaridad que traía una mamadera que la llenabas de agua, se la dabas en la boca donde había un pequeño orificio y si mi memoria no me falla, terminaba luego haciendo pís! Me encantaba.
Psicólogos afuera. Era un juguete de aquella época!!! >:(
Les dije que me gustan los tests?! Para variar y teniendo que ver con el nombre del blog encontré este que está en inglés y que de última se pueden ayudar con algún diccionario online (Word Reference).

You are Supergirl : Delgada, musculosa y femenina. Honesta y defensora del inocente.
Para la/el que quiera saber qué clase de SUPERHEROE es, acá está el test ;)

martes, enero 22, 2008

Sensiblería o .... alcanzame un pañuelo

El domingo fue un día dedicado al "amebismo". Traducido al castellano coloquial significa que estuve tirada literalmente en la cama dormitando cual marmota drogada. Cada vez que intentaba abrir los ojos, sentía más ganas de cerrarlos nuevamente y seguir un ratito más.

Demás está decir que ya promediando la tarde me agarró la locura de "perdí todo el día". Me puse un poco en actividad. Una ducha dejó de lado el estado de pesadez, y volví a la cama (je!) con mis sentidos un poco más lúcidos dispuesta a ver qué buena película podía enganchar.

Nada demasiado bueno hasta que dí con "Grey's Anatomy". No la había visto nunca pero había leído que era buena. Realmente me gustó mucho y así es como la volví a ver el lunes.

Acá ya más dispuesta a seguirla de principio a fin, aunque me encontré con un episodio collage de los mejores momentos o situaciones. Me perdí un poco pero el punto es que no hice más que llorisquear en cuanta escena romántica se planteaba.

Resumidamente había MUCHOS cruces de cama, y relaciones intercambiadas. Y más allá de moralismos que no valen la pena discutir, las escenas de intimidad descorrieron en mi mente los momentos por los que yo también alguna vez había transitado. Desde el corazón. Desde las fibras más cercanas al alma.

Allí fue cuando comencé a ver todo más turbio. Cuando empecé a moquear y pensé que hacía mucho tiempo que no me sentía enamorada como lo había estado. Que hacía mucho que no tenía novia "formal", esa que una declara sin dudar.

A medida que la serie continuaba, se planteaban crisis, infidelidades, atracciones fugaces, rupturas, pérdidas irreparables. Y tambien sentía con cierto pavor que todo lo bueno que tiene esa entrega, tiene tambien la otra contracara de "no va a ser para toda la vida".

Sí, ya lo sé. No es que me desayune de eso ahora. Pero el estado de comodidad en el que me encuentro y la posibilidad de estar hoy con A y luego por qué no con B, pero tambien me encanta salir con C, hace que me sienta como navegando entre islas paradisíacas. Libre y feliz de poder elegir y ser elegida.

Recuerdo mi estado de casada también como algo estable y placentero, y de pronto, tan solo por un instante añoré los primeros tiempos, lo que era sentir puntadas, sensaciones de inquietud propias de aquello que uno no sabe si ese amor le es propio o no. Y que por otro lado desea fervientemente conquistar como si fuera lo último que uno fuera a hacer.

Quizás se confunda o se unan el amor con la felicidad, como algo que van de la mano y que sin el componente de uno no existe el otro. Pero la felicidad tambien está dada por otras cosas. El amor hace a la felicidad y no lo discuto. Y así tambien la fragilidad del amor muchas veces da por tierra esa felicidad. Sobretodo si la misma estaba construida sobre un único pilar.

En definitiva la felicidad requiere de cierta inteligencia como en los negocios. No se debe invertir todo el capital en un solo rubro. Hay que tener un portfolio de inversiones y saber distribuir nuestro dinero con cierta previsión y visión de futuro. Muchas veces desvalorizamos todo aquello que no tenga relación directa con nuestra pareja. Lo posponemos hasta que el amor un buen día nos abandona indefectiblemente. Y es así como luego nuestros sentimientos quedan a la deriva y no logran encontrar refugio ni consuelo. Sencillamente porque jamás tuvimos ningún otro reparo que tuviera que ver con nosotros mismos. Porque enganchamos nuestro destino y nuestra proa al barco que creíamos que íbamos a seguir para siempre.

A la deriva es la sensación que se tiene frente a una separación, cuando nos damos cuenta que nuestra vida eramos nosotras en función de una pareja. Desaparecida la pareja la ecuación da error como si tratásemos de dividir por cero. Por eso, no hay que desintegrarse u olvidarse quiénes somos y qué necesitamos. Y si bien el amor puede durar muchos años, debemos continuar con nuestra vida buscando la felicidad en muchas otras cosas simples.

Igualmente uno cuando mira por televisión una novela, no deja de tener ganas de volver a querer tomar riesgos, caminos desconocidos, encuentros inciertos, citas interminables. Y es por eso que el lunes me invadió cierta añoranza que hoy me permite sonreír.

Una "Carilina"(*) por favor..... A qué hora daban Los Simpsons?

N. del E.: (*)"Carilina" es una marca popular de pañuelos descartables ;)

martes, enero 15, 2008

"Pucha, que vale la pena estar vivo!"


Leyendo el diario leí una noticia que me disparó un recuerdo y un tema. El tema al que apunto es la de las elecciones que a veces nuestros padres hacen por nosotros. Y cómo esas elecciones puede ser perjudiciales a lo largo de los años. Y no es que no nos quieran bien, pero quizás no sea lo mejor para nosotros. Y es ahí dónde debemos empezar a aprender a enfrentarnos, a tragar saliva y bancarse los enojos, las malas caras. Pero a la larga esa suma de elecciones y decisiones es la que nos convierte en la persona que hoy somos. Más allá de lo que hayamos aprendido gracias a nuestros padres.

Conozco la historia de una amiga mía, donde la madre era muy absorbente y sobreprotectora. Cualidades propias de una madre que tiene una hija única. Yo también lo soy, pero mi historia es diferente y felizmente crecí más independiente y pude zafar de la sobreprotección de mi abuela que me tenía a tiro.

Volviendo a mi amiga, la madre es la típica ama de casa que todo lo sabe hacer. Y lo sabe hacer tan bien que no hay nadie ni nada que pueda comparársele. Un ejemplo, una tarde salimos a comprar mallas de baño para un verano que ibamos a compartir en Pinamar. Fuimos a probarnos y yo me compré una y a ella le gustaba otra que casi compra. Pero en el ultimo momento en el que debía decidirse, se echó atrás porque ya estaba escuchando a su madre criticarla por la basura que había elegido. "Mirá lo que compraste. Esto está mal cosido. Pero esto compraste!???? No ves...??" y así la sucesión de frases alentadoras para forjar el propio gusto y elección.

De grande llegó el momento de aprender a manejar. La pobre sólo podía salir si iba con el viejo o conmigo y nada de salir de noche sola con el auto. Una tarde en Pinamar la madre no la dejaba subirse a las motitos de playa si no iba con el viejo. Eramos ya viejas adolescentes ....

Eligió la carrera y llegaron los exámenes. Estudiar estudiaba y mucho. Pero llegaba el día que tenía que demostrar lo que sabía, y se le hacía un blanco. Razón por la cual la llamaron a ver qué era lo que le pasaba y así es como le aconsejaron empezar una terapia.

La terapia empezó a serle útil paralelamente con el surgimiento de conflictos con su madre. Sus padres y ellas compartían la misma casa y ahí es cuando la convivencia empezó a ser más difícil. Quién pagaba la terapia?? Papá. Ella por supuesto sólo estudiaba y hasta que no se recibiera los padres no querían que trabajara. La época de huelgas y demás tampoco ayudaba asi que lo ideal era que se abocara solo a eso dado que su posición económica lo permitía.

Gracias a esos conflictos, el padre un día le dijo "Desde que empezaste con la psicóloga venís con todos estos planteos. Si querés seguir yendo a la psicóloga pagátelo vos!. Yo no pienso poner un peso más." Y así fue como dejó la terapia porque la convivencia se tornaba difícil y plata no tenía. Iban al choque y prefirió abandonar el choque y los planteos por una convivencia "mas armónica y libre de conflictos". La carrera la terminó pero le llevó muchos más años de lo que debía.

Sus padres siempre quisieron lo mejor para ella y nunca le faltó nada. Pero la personalidad de su madre fue lo suficientemente fuerte como para criar una hija débil de carácter al momento de tomar sus propias decisiones. De hecho es algo que a todos nos puede costar, pero solamente ejerciendo esa elección es como nos hacemos cargo de lo que elegimos y realmente pensamos qué es lo que queremos para nosotros. Acertado o no. Cómo dijo Woody Allen (y más de uno) "somos la suma de nuestras propias elecciones".

No siempre lo bueno para algunos es bueno para nosotros. La libertad individual es la única que nos lleva a nuestro propio éxito, satisfacción y crecimiento.