
Ese lugar lo llevaba siempre conmigo.
Todo es como un jeroglífico que sólo el tiempo puede desenmarañar. El tiempo dibuja, borronea, pero nunca deja de dibujar.
Pensemos solo por un momento que soy como un ave ya que al escribir, trato de volar con mi imaginación más allá de mis palabras, y me siento como un ave. Trato de ir quién sabe adónde, y de volcar aquello que siento. Sin mayores explicaciones. Es como quedar desnuda y sin plumas. Feíto no?? Ummm... vulnerable quizás pero no importa. Para eso soy La Vengadora de Palermo.
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