
Tarde de domingo fuera de planificación.
Planetas, signos, tríadas, lunas, fuerzas, coincidencias, tironeos estelares y conjunciones arrolladoras.
Tarde de encuentros. Charlas y sincronismos. Armonía, y el placer de compartir momentos.
Momentos donde no importa cuánta gente puede haber en el Rosedal.
No importa que estemos atrapadas en un embotellamiento camino quién sabe a dónde.
No importa que el frío de la noche se hace sentir.
No importa la hora y ... sigamos de ronda.
Charlar. Ver puntos en común o quizás opuestos.
Mostrar no solo fortalezas.
Mostrar no solo virtudes.
Mostrar dolores, miedos, debilidades y cómo cada una lograr zafar, logra emerger de todo aquello que a veces nos tapa y nos hace zozobrar.
Aprender. Tratar...
Escuchar y aprender.
Escuchar y pensar.
Mint(*) x 2, tapeos, y café.
Escenarios varios.
Horas compartidas, muchas.
El día pasó y llegó Septiembre.
Entre asombro, sorpresa, sentimos cómo se acerca un fin de año que nos lleva a hacer un balance de todo lo que nos pasó.
El tiempo pasa.
Voló, sí. Pero así el domingo es perfecto.
(*)Mint es un trago con Absolut Vodka, maracuyá y menta. Se sirve frozen. Salud ;)
Imagen: Tarde de Domingo en la Isla de la Grande Jatte. (1884) de Georges Pierre Seurat.